lunes, 12 de julio de 2010

Argentina y China, por una nueva oportunidad

La relación entre la Argentina y China, en los últimos años, se caracterizó por dos ejes principales: el estructural, que habla de la gran complementación que tienen ambas economías; y el coyuntural, plagado de conflictos bilaterales.

Una nueva visita de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a China, junto con una nutrida delegación de empresarios, podría significar una nueva oportunidad entre dos países que no vieron aún realizado todo su potencial comercial bilateral.

Sólo para resumir: la Argentina tiene una capacidad para producir alimentos que podría satisfacer la demanda de 400 millones de personas. De los más de 1300 millones de habitantes chinos, lo que más interesa es la creciente clase media pudiente con hábitos alimenticios más bien occidentales y dados a la ingesta de proteínas animales, en reemplazo de las de origen vegetal.

Por su parte, China tiene todo lo que el mundo necesita, a precios imbatibles y una calidad en alza. En este punto radicó lo más propio de la coyuntura en la relación: la necesidad argentina de proteger fuentes de empleo derivó en una política de limitación de importaciones chinas.

Según algunos analistas, en represalia, China habría bloqueado la importación del principal producto argentino de exportación al mundo y a China también: el aceite de soja.

Cuesta creerlo, porque el mercado argentino es realmente chico para la oferta exportable china, mientras que en el caso de nuestras exportaciones, el mercado chino es fundamental.

Según nuestra base de datos, en el primer semestre de este año la Argentina le exportó a China por US$ 16.800 millones, un 33% menos que en el mismo período del año pasado. El principal producto de exportación es precisamente el aceite de soja: US$ 1074 millones (-38%).

En tanto, las compras a China en el mismo período ascendieron a US$ 16.400 millones, un 9% más que en 2009.

China, en 2009, fue el tercer cliente de la Argentina. Nuestras exportaciones a ese mercado fueron de US$ 5090 millones, el 7,3% del total vendido (US$ 69.100 millones).

Pero la importancia que China tiene para las ventas argentinas no la tiene nuestro país para las colocaciones que China hace en el exterior.

Si bien es nuestro segundo proveedor (detrás de Brasil), con importaciones por US$ 4500 millones en 2009, somos un cliente insignificante para las exportaciones chinas que, en 2009, ascendieron a 1,2 billón de dólares.

En esta nueva oportunidad, se fijó como meta moderar los conflictos coyunturales y apostar por el potencial estructurar, con acuerdos para la promoción de inversiones chinas por US$ 10.000 millones.

Alrededor de 80 empresarios completarán la delegación argentina, y tienen pactadas 700 reuniones de negocios sobre ganadería, minería, petróleo y obras de infraestructura. También habrá encuentros empresarios en los sectores farmacéutico, químico y petroquímico; biotecnología; astilleros; maquinaria agrícola; construcción industrial; transporte; energía; alimentos, y servicios.

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