Junto con sus reservas de gas, Bolivia apuesta fuerte a una de las commodities industriales por excelencia: el mineral de hierro, que es a la construcción lo que la soja a la industria alimenticia.
Una de las principales empresas mundiales que se dedican a su extracción, la minera india Jinjal, está presente en los yacimientos de Mutún., en Santa Cruz de la Sierra.
Evo Morales, presidente de Bolivia, tomó a la industria como política de Estado y pretende explotar parte de esos yacimientos con su par venezolano, Hugo Chávez. Ambos países negocian los términos de una explotación y comercialización conjunta.
Los yacimientos de Mutún - cuya explotación se divide en partes iguales entre la india Jindal y el Estado boliviano- albergan nada menos que 40.000 millones de toneladas de minerales. que van desde el hierro hasta el estaño, el cobre, la plata, el cloruro de potasio, fósforo y el zinc.
Pero el mandatario boliviano se ilusiona con la posibilidad de que existan reservas de oro en la mina. Y no deja de analizar las ofertas que llegan desde China y Australia para meter mano en los yacimientos minerales vírgenes del Mutún.
Sobre todo porque las cosas no están bien con la concesionaria india, cuyos compromisos de inversión para el trienio 2008-2010 estuvieron lejos de lo asumido: poco más de 12 millones de dólares de los 600 millones prometidos.
Sucede que los puertos fluviales bolivianos hasta ahora han trabajado con commodities agrícolas, de operación parecida pero no igual a la de los minerales.
Todo un llamado de atención para la comunidad portuaria y del transporte fluvial -léase hidrovía Paraná-Paraguay- ante un potencial que pugna por mostrase en los cerros bolivianos.
Una de las principales empresas mundiales que se dedican a su extracción, la minera india Jinjal, está presente en los yacimientos de Mutún., en Santa Cruz de la Sierra.
Evo Morales, presidente de Bolivia, tomó a la industria como política de Estado y pretende explotar parte de esos yacimientos con su par venezolano, Hugo Chávez. Ambos países negocian los términos de una explotación y comercialización conjunta.
Los yacimientos de Mutún - cuya explotación se divide en partes iguales entre la india Jindal y el Estado boliviano- albergan nada menos que 40.000 millones de toneladas de minerales. que van desde el hierro hasta el estaño, el cobre, la plata, el cloruro de potasio, fósforo y el zinc.
Pero el mandatario boliviano se ilusiona con la posibilidad de que existan reservas de oro en la mina. Y no deja de analizar las ofertas que llegan desde China y Australia para meter mano en los yacimientos minerales vírgenes del Mutún.
Sobre todo porque las cosas no están bien con la concesionaria india, cuyos compromisos de inversión para el trienio 2008-2010 estuvieron lejos de lo asumido: poco más de 12 millones de dólares de los 600 millones prometidos.
Sucede que los puertos fluviales bolivianos hasta ahora han trabajado con commodities agrícolas, de operación parecida pero no igual a la de los minerales.
Todo un llamado de atención para la comunidad portuaria y del transporte fluvial -léase hidrovía Paraná-Paraguay- ante un potencial que pugna por mostrase en los cerros bolivianos.
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